El difícil arte de matar

Recuerdo perfectamente la escena de la película Me, Myself & Irene, donde Jim Carey se encuentra con una vaca tirada en medio de la carretera. Queriéndole hacer un favor, le da un disparo en la cabeza, se da la media vuelta pensando que había terminado con el sufrimiento del animal y en eso la vaca muge, inmediatamente vuelve a voltear y le dispara de nuevo, y de nueva cuenta la vaca no da señales de morir; al contrario sigue mugiendo. Le da 3 balazos más además de que intenta ahorcarla y de asfixiarla tapándole las fosas nasales con sus manos, en la siguiente escena un agente de policía explica a los hijos de Carey que su padre había enloquecido, que le había dado 5 balazos en la cabeza a una vaca y finaliza con un “De milagro sobrevivió”.

También está la excelsa escena de Snatch en donde Vinnie Jones (Bullet Tooth Tony) le propina un balazo a Rade Serbedzija (Boris The Blade), quien anteriormente había sido amordazado y colocado en la cajuela de un auto, este le responde con un fuck you, para recibir una serie de balazos sin que surtan efecto, hasta que le apunta directamente a la cabeza y lo elimina por completo. Aunque ambas son producto de la ficción, la verdad es que no están tan alejadas de la realidad.

Matar -como tal- se dice fácil, pero la verdad es que es algo sumamente complicado, y no me refiero a la disyuntiva moral que implica el mero hecho de privar de la vida a alguien, sino a la técnica en sí, al hecho de técnicamente quitarle la vida a alguien, por que ¿A poco no?, lo primero que pensamos cuando cometemos un error en el trabajo es: “Mi jefe me va a matar”, la verdad es que, aunque muy probablemente nuestro jefe si quisiera que cayéramos fulminados en ese mismo instante a causa de una sobre dosis de imbecilidad, difícilmente se tomaría la molestia de tomarnos del cuello y apretarlo hasta que dejáramos de respirar, mientras pataleamos y manoteamos, o peor aún, no se atrevería a clavarnos su abre cartas en el cuello arriesgándose a que saliéramos gritando y salpicando de sangre las instalaciones de nuestro recinto de trabajo.

Ahora bien, hay personas con suficientes grados de estupidez que se empeñan en creer que se trata de un trabajo fácil y ¡ahí van!, ¡a matar a alguien! Obviamente luego no saben ni que hacer, puesto que no dimensionan lo difícil que esto resulta, a continuación trataré de explicar por que no es tan fácil matar a alguien.

Para empezar, el móvil del asesinato siempre llevará a la policía con los asesinos amateurs, y es que la pronosticabilidad de la estupidez es inequívoca -es decir- Que coincidencia que ayer te dijo tu novia que ya no te quería por que se encontró a alguien mas guapo, mas rico y mas interesante que tú, y al siguiente día la infeliz amanece cocida a puñaladas en su propia cama. Tú por supuesto –también casualmente- no te presentas a trabajar esa mañana y te desapareces de la ciudad por algunos días sin que nadie sepa nada de tu paradero, luego te encuentran en el auto cinema en donde le ibas a hacer mañas a tu ex novia (que en paz descanse) y resulta que ni siquiera sabias que la habían asesinado y hasta preguntas a los policías si están seguros de que esté bien muerta. -Ay si, que casualidad, no sabias nada de nada.

Supongamos, concediéndote el beneficio de la duda, que no eres tan obviamente imbécil para delatarte a ti mismo como asesino. Tienes la coartada perfecta y llevas a cabo el crimen sin mayor problema, no hubo testigos presenciales, no hay evidencias que te inculpen, todo salió muy bien, ¿No es así? ¡Pues no soquete! Porque ¿Ahora que vas a hacer con el cadáver? ¿ah verdad? ¡De seguro no habías pensado en eso!

¿Lo vas a envolver en bolsas de plástico y lo vas a tirar al monte? ¡Vaya si eres original! De seguro que el tamaño del bulto y el olor que éste despide a consecuencia de la descomposición del cuerpo no llamarán la atención de nadie ¿Qué?, ¿Qué lo vas a quemar hasta reducirlo a cenizas para luego esparcirlas en el mar? -A ver, vámonos por partes ¿Dónde piensas llevar a cabo tu gran “ideota”? ¿En el asador de la casa de tus papas?, Ya me imagino la escena: -“Hola mijito, que bueno que estas asando carne, tenia antojo desde hace algunos días, ah por cierto ¿qué corte de carne es ese que tiene forma de pie humano cercenado?” ¡Por favor! ¿Así o más idiota? Pero aún se puede ser más cara dura, todo es cuestión de que te lo propongas. Podrías irte a algún lugar alejado de la civilización para quemar el cuerpo. Ok, pero ¿Te vas a ir solo? Afrontémoslo, tienes una necesidad enfermiza por incluir a tus amigos en tus planes, por más idiotas que estos sean (me refiero a tus planes, aunque también podrían ser idiotas tus amigos).

Imaginemos que logras exitosamente subir al cadáver en la cajuela de tu auto, sin que nadie lo note y todo es felicidad (sha la la la la) Pasas a la casa de tu mejor amigo, sin que éste- obviamente- tenga idea de la estupidez que cometiste. -“Oye, acompáñame a tirar unas cosas aquí a la afueras de la ciudad, no nos tardamos nada”, “Ya voy, solo me cambio y estoy contigo” ¿Cómo le vas a decir lo que están a punto de hacer? -“Oye por cierto, fíjate que maté a mi novia y la llevo atrás en la cajuela, nomás quemamos su cuerpo para que no quede evidencia de mi crimen y nos regresamos, no nos tardamos nada, acuérdate que me debes un favor, nunca la dije a tu mamá lo del examen que compraste ¡Me debes una!”.

Además de todo eso, también está la conciencia, esa vocecita dentro de tu cabeza que normalmente te advierte. “¡Hey cuidado, te están viendo!” o “¡Ya la zurraste, tarde o temprano te van a pescar…corre!” En fin, matar como tal, no es cosa fácil, se necesita tener nervios de acero y precisión quirúrgica. En todo caso, si lo que quieres es iniciar una carrera delictiva sin esforzarte en lo mas mínimo mejor postúlate como candidato a diputado o senador ¿Prefieres ser asesino en serie antes que político por que te da vergüenza? ¡Vergüenza sería salir encuerado a la calle!…y que nadie te volteara a ver.